“La música es el arte más directo, entra por el oído y va al corazón.” -Magdalena Martínez (flautista española)
La música surge del instinto primitivo, de una percusión primera que captura el latido de un corazón al jugar con en el entorno.
La música nace del afán del movimiento, del cuerpo inquieto, viene de la vibración del alma en su exploración humana.
Vive en las entrañas, y las conmueve sin piedad alguna.
La música es la voz que se apropia de una historia, es a lo que suenan las emociones y todo lo que callan nuestros desequilibrios.
La música viaja para seducir el tímpano con sensualidad, apropiándose de él por completo, y existe porque su propagación no se detiene, trasciende piel cuando la eriza, espacio, tiempo y lenguas.
Existe porque lo acústico le va bien a la honestidad, existe para que las armonías de su naturaleza transformen el ritmo de cada molécula, cada elemento del Universo.
Tonos, silencio…
Las canciones adheridas al espíritu nos mantienen plantados en la tierra y también dan alas para volar.
La música existe porque sin ella, sería poco más que insoportable nuestra propia existencia.
Cuando los timbres se escriben al gusto, la vida será un pentagrama interpretado a tu propio estilo.
Alejandra Cárcamo.
Imagen: Pinterest.