El mar de mis memorias no sabe de aguas en calma.
Soy navegante de mi propia inquietud.
El sonido de las olas se une al encuentro de historias
y a su necio vaivén, negado a desvanecerse como espuma.
Mi mar ha capturado el recuerdo de tardes soleadas,
las tormentas, los maremotos y las huellas de mis pies.
Tengo memorias que transitan hermanas a otras,
como un cardumen que continúa la misma secuencia;
memorias que le dan sal al agua, con las lágrimas que solté en ellas alguna vez,
guardo también cada memoria que lleva tu nombre y que, para bien o para mal, aprendió a flotar.
Llevo un desorden en todas ellas, y se impregna en brisa su propia anécdota, cuando las olas las mecen en movimiento infinito.
En mi cabeza se escucha el golpe del agua, lavando las orillas de mi mar interior, me balancea los sueños dentro de territorios desconocidos y yo, bueno, aún estoy aprendiendo a nadar…
Alejandra Cárcamo @ale_clz
Imagen: Pinterest
Esta precioso. Necencantó. Yo no sé si ya aprendí a nadar o a veces solo floto
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Muchas gracias por vivir estas letras. Todos somos maremoto alguna vez, pero de nuestras olas nos hacemos marineros. Te quiero.
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Perdón. Quise decir. Me encantó
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