Debo corregirlo doctor, los pensamientos tienen huesos.
Si no, ¿por qué mis memorias son cada vez más porosas?
Entre ellas ha estado viajando el dolor de un recuerdo…
Doctor, sus libros de anatomía no sirven de nada…
Los corazones también tienen huesos.
El mío se dislocó una vez; se me salió del pecho
y me viajó hasta la garganta en una ausencia.
No me conoce lo suficiente,
estoy hecha de más huesos de los que cree.
Ya se me fracturó hasta la sonrisa,
si quiere compruébelo con rayos X.
¿Sabe qué? Ya no se preocupe por mi.
No, no me recete nada. Cambié de opinión.
Dicen que los huesos sanan con el tiempo…
Mi alma vertebrada encontrará la manera
de abandonar cada uno de sus yesos.
Sólo contésteme una cosa,
¿Cree que un día pueda cargar su propio peso?
Alejandra Cárcamo
Imagen: Pinterest
Muy precioso.
Me gustaMe gusta