La irreverencia le alimenta el cuerpo.
Ella es así, salvaje.
Es medianoche y Señorita Calzones respira libertad.
Poco a poco, la luna le pinta la piel
y ella está lista para el espectáculo.
Adiós a casi toda la ropa.
Con las estrellas de testigos,
Señorita Calzones danza su semi desnudez.
Se despeina el cabello, se despeina la vida.
De sus curvas nacen espirales,
de las espirales, remolinos.
Los huesos se convierten en ligas,
los músculos la moldean como barro.
Los pechos le rebotan juguetones
disfrutando de una rebeldía infinita.
¡Ah! Los pies se le encendieron
con tan sólo el roce de la tierra.
Algún día podrían descubrirla siendo lobo,
pero eso la tenía sin cuidado alguno.
Desde siempre,
La luna la dotó de gracia y transparencia
Y donde unos ven locura, ella ve naturaleza.
Una vez más,
Señorita Calzones tiene los calzones bien puestos.
Alejandra Cárcamo @ale_clz
Imagen: Pinterest
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