Querido Pablo, el del traje bonito:
Desde hace días vengo amasando tu figura en mi mente.
Necesito decirte que la consistencia de este amor no tiene igual, tus medidas perfectas me tienen esponjado el corazón.
Todas las mañanas dejo lista tu torta de tamal acompañada del champurrado calientito que tanto te gusta, emocionada por verte otra vez. Pocas veces la comes con calma porque siempre se te hace tarde para la oficina, lo sé.
Tú, todo el tiempo pegado al celular y yo, evaporándome en cada suspiro que me provocas y que nunca ves.
Hoy soy valiente para meter esta cartita en el papel estraza de tu pedido, esperando que no se “sude” mucho y la puedas leer.
Si me quieres, te prometo que de verde pintaré nuestros paseos y de dulce estará hecha la vida cada vez que me des un beso. Por ti sería capaz de abrir mis hojas más íntimas para que me conozcas como vine al mundo, aunque se enoje mi ‘apá.
Con el tiempo verás que soy mejor que la flacucha de tu trabajo que te dice “Pablis” y nomás come ensalada.
No te hagas del rogar, yo sé que no te corre atole por las venas. Ven conmigo y bien amarraditos entraremos al bote de la pasión.
¿Qué dices? ¿Sí o rajas?
Atte. Conchita, tu tamalera de confianza.
Alejandra Cárcamo @ale_clz
Imagen: Pinterest
me encantó y se me antojo
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¡Muchas gracias por leer y ojalá saborees pronto un rico tamal!
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