Bastó un descuido para que te infiltraras por la abertura de mi piel. Te deslizaste en la profundidad de la herida, rasgando cada fibra, y te acurrucaste ahí, entre músculo y músculo. Incluso más allá.
Desde ese día vives ahí donde arde, inflamando los recuerdos a la menor provocación. Te hiciste una bacteria voraz y clavaste la infección en mí.
Los síntomas atacan en ciclo. Te toso, te rasco, te sangro. Me tumbas, me retuerces, me consumes a voluntad. Drenas mis fuerzas y jadeo para tratar de atrapar el aire. Me asfixio. Me pierdo. Me entumo. Sigues reproduciéndote aquí y yo, con fiebre involuntaria de ti, espero un milagro para acabar con esta plaga que empezó en la piel y terminó por devorar mi corazón.
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Alejandra Cárcamo @ale_clz
Imagen: Raymond Lemstra
Y quizás algún día encuentres la cura. 🔝
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Tal vez, habrá que averiguarlo…
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Jajajaja esa es la actitud 🔝🔝
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!bien hecho!,… es agradable….
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