Llevo un dolor polilla en el pecho;
desde que se me prensó, lo rasco.
De día revolotea, pero en la noche
trae los recuerdos entre ala y ala.
De poco sirve tratar de ocultarlo
ni rezar porque se vaya ahora.
Estoy comenzando a re-aprender:
los dolores polilla van de paso.
Un día no hará falta sacudirlo,
con plena voluntad se irá volando.
Será polvo con el roce del viento
y después, por naturaleza, olvido.
Alejandra Cárcamo @ale_clz
Imagen: Smithsonian Libraries